Al final, se trata de buscar buenos momentos. Compartir, comunicar, emocionarse, apasionarse, jugar... de eso se trata en gran parte. Ese motor me mueve, me movió para el encuentro entre las chicas de Agrate, Milano (chicas Teatribú, un poco chicas Improtour) y los madrileños Jammings. Resultó que los anfitriones se portaron, nos portamos, como anfitriones fuera y dentro del escenario, y el público respondió superando expectativas (un domingo llenar la sala y dejar gente fuera, es poco habitual).
El juego de las chicas estuvo más que a la altura de las circunstancias, del miedo inicial ("estos son profesionales") al disfrute en los entrenamientos, y a la calidad divertida y sensible durante el espectáculo.
Improvisaciones libres, texturas y climas diversos. Los Jammings con elegancia y generosidad, las chicas con valentía y frescura; todos con ojos húmedos al final. Al final de este principio.
Gracias.
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