09 diciembre 2011

Impro Big Band - Buenos Aires - 1º reflexión



es el lenguaje de composición/dirección creado por el compositor neoyorquino Walter Thompson. 
El lenguaje está dirigido a músicos, bailarines, actores, poetas, y a los artistas visuales, logrando improvisaciones guiadas por un director o soundpainter.

En Buenos Aires, la referencia más popular es el grupo de percusión "La Bomba de tiempo".

Walter Thompson impartió un taller intensivo en el FIMPRO (Brasil 2011). Luego de tomar ese workshop, lo invité a participar de mi Solo de Impro, y así lo hizo en Belo Horizonte.


Fascinado con esta nueva forma, introduje trazos de Soundpainting en "mi" MOSAICO, un espectáculo de improvisación que estrené con un elenco Italiano en Padova, y hoy tieneversiones en San José de Costa Rica y Lima, Perú. La amalgama funciona. 


En los festivales de Nancy, Francia; y de Torino, Italia, incursioné como soundpainter con improvisadores de distintas latitudes. Un repetido placer.


A este lenguaje, primordialmente musical, le sumé elementos narrativos (literarios y dramatúrgicos). Aprendo en la experimentación, descubro en la práctica.
El compartido asombro ante la novedad, la honda diversión y la enorme generosidad de Walter, con quien sigo en contacto, me alentaron a dar un paso más audaz: generar una Impro Big Band.

Un trabajo colectivo en Buenos Aires, disparó de inmediato el nombre, jugando con el medio de transporte porteño por excelencia: la COLECTIVEROS IMPRO BIG BAND (fotos).  
Entonces apareció Gonzalo Rodolico, amigo de viejo batallas, colega en esta nueva. La convocatoria fue inmediata y numerosa, más de cuarenta anotados. 

El montaje argentino gana audacia y cierta temeridad, el Soundpainting pasa de ser contorno a forma; el elenco deviene en orquesta. 

Músicos, actores, bailarines, improvisadores, empezamos a calentar motores para dos funciones: 16 y 19 de diciembre en la Sala Alberdi del CC G San Martín, en el centro de esta ciudad.

Entusiasmados, los primeros encuentros nos dejaron encendidos, hambrientos de más.
Veo en los compañeros colectiveros la misma ansiedad y sorpresa que sentí en las clases de Walter Thompson.Me agrada ignorar cómo serán las funciones y cuáles serán los resultados a los que llegaremos con "La Colectiveros": en definitiva, no es otra cosa el riesgo de la improvisación. 


Entre el puñado de certezas de hoy, menciono: la gran bocanada de novedad que significa este trabajo para el panorama de la Impro en Argentina; el fantástico clima de equipo que se logra entre casi cuarenta improvisadores; la continuidad de profundización que quedará, a futuro, en manos de Gonzalo Rodolico.

Euforia colectivera en cada sesión, en cada momento del proceso, en el atomizado presente que se impone en el escénico diálogo entre orquesta y soundpainter; euforia en la proyección de lo que vendrá.





Ahí vamos...







   

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